¿Has visto algúna vez cómo en la jardinería se prepara la tierra para sembrar?
No sé mucho de jardinería, pero me gusta, últimamente un poco más, y cuando empecé a querer sembrar plantas en mi jardín, primero preparé la tierra para eso. Vivo en un lugar de montañas, por lo tanto hay mucha roca, así que me llevó un tiempo, sobre todo al principio quitar las piedras, para poner después la tierra con el abono y los nutrimentos necesarios. Estuve al pendiente de quitar hierva que salía, pues eso le quitaba fuerza al crecimiento de las plantas que yo quería. Poco a poco he ido aprendiendo eso.
Hice exactamente lo mismo en mi vida cuando decidí hacer crecer cosas buenas. Si yo vivía aferrada al pasado, a lo que no fue, a lo que yo quería pero no pasó o no sucedió, me restaba fuerzas para hacer crecer lo bueno. Yo quería tener paz y calma, pero no la encontraría si no limpiaba de fondo, si no perdonaba y me perdonaba, que es lo más importante.
Más de una vez caí en crisis, pues no sabía cómo, sólo sabía que me dolía. Pero si le preguntaramos a la madre tierra, si le duele cuando escarban en ella y sacan piedras y hierba, probablemente diga que sí, sin embargo. al mover la tierra al oxigenarla, nos regala su fuerza que brota del interiior, y hace crecer flores, plantas hermosas, árboles frutales. Así en tu vida. Probablemente duela un poco, pero te aseguro, y soy testimonio viviende de ello, que encontrarás tu fuerza en tu interior para sanar.
